sábado, 13 de agosto de 2016

El show de la psicomagia

¿Conocen ustedes la psicomagia? ¿Merece la pena que prestemos atención a algo ya un poquito irrisorio en su denominación? Veamos. Alejandro Jodorowsky, creador de la técnica que nos ocupa, es sobre todo un artista. Es decir, para el que le interese, nada que objetar a su forma de expresarse, que pasan por la literatura, el teatro, el cine o el cómic. La cuestión es que el creador chileno ha pretendido desarrollar también una especie de técnica que pretende "sanar espiritualmente" a todo hijo de vecino. Lo que viene a realizar es una curación, como la haría un brujo o un chamán, pero orientada hacia el teatro; el "enfermo" vive una serie de representaciones, con algunos objetos de carácter simbólico importantes para él, pasa a actuar, y ahí interviene el inefable Jodorowsky. Para evitar que la gente piense que hay algún truco, el chileno actúa vestido de blanco y a plena luz del día. Ok.

Hay que decir que en la supuesta formación de Jodorowsky se mezcla el psicoanálisis, que al parecer nunca le satisfizo, el tarot, el chamanismo, el misticismo, el tantra budista, alusiones esporádicas al monoteísmo (o, al menos, eso parece al mencionar a Dios cuando todo lo demás falla), algunas gotas de filosofía oriental, (sí, este término es muy socorrido)… También, Jodorowsky parece ser de ese tipo de "sabios" cuestionables que emplean frases, aparentemente llamativas para mucha gente, pero que poco o nada significan. Es el caso de algo como "saca lo que sea útil de cada situación". ¡Toma ya, la solución a todos nuestros problemas! Valga por delante, y no creo que el propio autor se esfuerce demasiado en desmentirlo, que todo ese batiburrillo que denomina psicomagia no tiene fundamento científico alguno. La premisa de la técnica, tomado como hemos dicho en gran medida del psicoanálisis (tan poco original como cuestionable) es que el inconsciente de la persona toma los actos simbólicos como si fueran reales; así, el comportamiento puede ser modificado por un acto mágico-simbólico-sagrado (sic) y, mediante una terapia bien realizada por el iluminado en cuestión, pueden sanarse todo tipo de traumas psíquicos. Otra de las premisas es que dichos traumas se transmiten de generación en generación, por lo que es necesario también hacer un estudio de su árbol genealógico: esto recibe el rimbombante, pero también poco original, nombre de psicogenealogía.

Como hemos dicho, la psicomagia no tiene base científica. De hecho, sus premisas son extremadamente simples. Hablamos de una terapia psicológica, por lo que su eficacia es incluso más relativa que en otras disciplinas pseudocientíficas. En última instancia, se trata de la habilidad del terapeuta para hacer un diagnóstico (cuestionable, dadas las premisas) y de la confianza que el paciente pueda tener en la técnica en cuestión (es decir, la fe que se deposite en el asunto). Al margen de toda la charlatanería, parece tratarse en definitiva de una técnica conductista, si bien mediante un ritual mágico-simbólico-sagrado (¡espero no tener que repetirlo o puede que me aparezca un sarpullido!), capaz de romper una dinámica de comportamiento pernicioso. La cuestión es, a pesar del éxito que pueda obtenerse a corto plazo, si esto da lugar un verdadero cambio de personalidad en la víctima. Las terapias más amplias y exitosas, dentro de la psicología, son las denominadas cognitivo-conductuales, aquellas que vinculan el pensamiento (nuestra visión del mundo) con el comportamiento. Como ya habrán supuesto, frente a todo visión mística u onírica, se apuesta por la racionalidad, lo empírico, el diálogo y, como no podría ser de otro modo, beber de toda técnica verdaderamente científica (es decir, que se demuestre válida, sólida y permanente). Eso sí, luego está la mente de cada uno, con sus complejidades, delirios y peculiaridades.

1 comentario:

  1. Jodorowsky, como ya se indica en título de este escrito, no es más que un avispado showman. Es como un rabino, solo que su mercancía es más colorida y desenfadada. Digamos que, en vez de depositar agua bendita en la pila, la colma de chucherías. Me quedo, de todas todas, con Javier Krahe (por ejemplo).

    Salud!

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