sábado, 27 de febrero de 2016

La sorprendente energía vital

Recientemente, he oído hablar de un Vitalómetro, que al parecer también se conoce como Rueda de Egely (por su inventor). Este artilugio, supuestamente, mide la energía vital y alcanza un precio de más de 150 euros en la red (la verdad, desconocemos si se puede adquirir en tiendas, aunque no nos extrañaría). Recordemos que la energía vital, conocida como Chi (o Qi) en prácticas como la acupuntura, es la base de estas terapias, alternativas a la medicina científica. Y en esta última palabra está el meollo de la cuestión, ¿podemos o no demostrar que algo como el Cchi existe tal y como pretende el Vitalómetro? ¿Es la energía vital o no una hipótesis falsable? Esto es, si la ciencia nos puede demostrar que es falsa y echar por tierra entonces, con el nombre de pseudociencia, la terapia que usa como base dicho concepto.

Diremos que el precio antes mencionado del aparatito, no es que sea desorbitado, es que no debería costar ni un euro. Podemos improvisar el Vitalómetro a nivel casero, solo son necesarias una aguja, sobre una base, y un trozo de papel. En broma o en serio, podemos contemplar multitud de vídeos en la red en el que personas consiguen girar el papel alrededor de la aguja al acercar sus manos; la imaginación de cada uno encontrará alguna explicación: poderes telequinéticos, energía vital… La realidad es que la explicación es muy sencilla y está relacionada con el gradiente térmico (no con la energía vital): la diferencia de temperatura entre el aire frío y la temperatura de nuestras manos provoca que el aire se acaba calentando y ascienda. La explicación es muy sencilla sin necesidad de recurrir a determinados entes no demostrados como reales por la ciencia.

Al parecer el Vitalómetro tiene algunos precedentes; en la misma acupuntura hay algún aparato como sistema de diagnóstico, basado en la conductividad de la piel en algunos puntos. En otros casos, se mezcla un poquito de quinesiología y otro tanto de homeopatía para que nuestro método asegure que las enfermedades puede diagnosticarse por la medición de la resistencia eléctrica en la piel. Lo que nos dice la ciencia es que es un despropósito asegurar que todos los problemas de salud son eléctricos y con electricidad podamos curarlos. Todavía existe algún otro artilugio que asegura encontrar la localización de los diversos puntos de acupuntura. Recordemos que las personas somos un buen material para conducir la electricidad y esto es en realidad lo que estos aparatos indican; las zonas donde mejor conducción tenemos (por ejemplo, las zonas mojadas). Si aplicamos la termografía a la acupuntura, es tan sencillo como afirmar que las zonas donde nos pinchen tendrán un mayor temperatura (en la pantalla aparecerán de color más cálidos: rojos o amarillos). Por supuesto, cada uno puede aludir al Chi, o Qui, o a lo que quiera, para buscar la explicación.


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